martes, 18 de diciembre de 2007

Amparo. Hoy Misa Solemne de la Expectación de María por el rito hispano-mozárabe

El martes día 18 de diciembre a las 20:15 h. tendrá lugar Misa Solemne de Expectación en la Capilla de la Santísima Virgen del Amparo presidida por D. Ángel Gabriel Gómez Guillén, Pbtro., Canónigo Prefecto de Liturgia de la S. M. y P. I. Catedral de Sevilla.

Este año la Santa Misa se celebrará extraordinariamente por el rito hispano-mozárabe contando con la participación del coro "In Coena Domini".

El rito constituido en Occidente
El antiguo rito hispánico formó parte del grupo de las liturgias de lengua latina que entre los siglos V y VII se constituyeron en Occidente.


Las dos únicas liturgias occidentales que pudieron formarse ampliamente, con abundancia de medios, sin límites de tiempo y sin obstáculos de cualquier género procedentes del exterior, fueron los ritos romano e hispánico.

En la formación del rito hispánico intervinieron tres grandes sedes metropolitanas: Tarragona, Sevilla y Toledo.
La mayoría de autores de texto y cantos quedó en el anonimato. Pero la tradición ha conservado algunos de sus nombres: Justo de Urgell (primera mitad del s. VI), San Leandro de Sevilla (c. 540-600), San Isidoro de Sevilla (C. 560-636), Pedro de Lleida (med. s. VII), Conancio de Palencia (med. s. VII), San Eugenio II de Toledo (+ 657), San Ildefonso de Toledo (c. 610-667), San Julián de Toledo (c.642-690).

San Isidoro tradujo el idioma

En la formación del rito convergen, por lo tanto, la obra literario-doctrinal de los Padres de las Iglesias hispánicas y la legislación de los concilios de Toledo y Tarragona. San Isidoro de Sevilla en sus años juveniles había escrito el tratado “De Ecclesiaticis Officiis”, que bien puede ser tratado el «primer manual» de liturgia de la historia. Allí se demostraba ya informado sobre los usos litúrgicos de otras iglesias occidentales. El mismo San Isidoro, en la plena madurez de su erudición y su experiencia pastoral, presidió el IV Concilio de Toledo y redactó personalmente las actas del mismo, que contenían ilustraciones adecuadas para que fuesen comprendidas las razones históricas o doctrinales de los que el Concilio ordenaba.

El X Concilio de Toledo (656) instituía la fiesta de Santa María el 18 de diciembre. Esta vez el canon I fue redactado por San Ildefonso, que jugó un papel decisivo en aquel Concilio. Las razones que en el mismo se exponen son de máximo interés para la historia y la teología del año litúrgico.

La invasión de los árabes interrumpió bruscamente el proceso evolutivo del rito hispánico. Algunos clérigos consiguieron emigrar llevando consigo los libros litúrgicos. Un baluarte de resistencia a la ocupación islámica se había establecido en Asturias Apenas consolidada aquella base para la futura reconquista, el año 790, Alfonso el Casto decretó que en Oviedo fuese restaurada la liturgia palatina, tal como se había celebrado en Toledo.

Mientras que en los condados que liberados del poder árabe formaron Cataluña se impuso el rito romano, en la España ocupada por los árabes y en los nuevos reinos de León, Castilla y Navarra, se seguía celebrando el antiguo rito.

El papa Gregorio VII, en 1080, logró la abolición del rito «gótico» en Castilla y León, e impuso el rito romano. Los cristianos que permanecieron fieles a su fe en territorio musulmán tomaron el nombre de «mozárabes». El antiguo rito pervivió en las parroquia mozárabes de Toledo. Son razones litúrgico-pastorales las que han movido al Concilio Vaticano II a promover la reforma de la liturgia romana y a la revisión de los otros ritos no romanos, según la santa tradición para que adquieran nuevo vigor.

En la actualidad el rito hispano-mozárabe puede utilizarse de modo extraordinario en cualquier diócesis española, con permiso del Ordinario del lugar.

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